En esta epoca nuestro hijo va a decidir el modelo a seguir, y generalmente tiene heroes o personajes preferidos a los cuales imita en uno o varios aspectos.
La amiga o el amigo intimo se convierten en su ¨alter ego¨(otro yo) y en ellos confian totalmente.
Aumenta la necesidad de hablar y el telefono de su casa siempre esta ocupado.... por ellos!
Acompañar a nuestros hijos en su camino a la edad adulta es tambien un camino para nosotros.
Es una prueba a nuestra paciencia, a nuestra capacidad de adaptarnos a sus cambios, a su desorden, a su humor, pero sobre todo a nuestro amor por ellos.
Nuestro hijo necesita a sus padres, nos necesita.
La comunicacion con ellos tambien cambia.
Nuestro hijo ya no es un niño, y no podemos hablarle como tal.
Esta en camino de ser adulto, y pide una comunicacion como tal.
Respetarlo como a un adulto, escuchar sus opiniones, sus argumentos, sus razones, ayuda a que se sienta comodo con nosotros, y no disminuido o lastimado.
En esta etapa nuestro hijo es muy fragil, casi tanto como cuando era una recien nacido.
Los cambios lo vuelven inseguro y muy sensible, y es importante no dejarlo a la deriva.
Los limites de la niñez cambiaron, tiene mas permisos, mas libertades.
Pero NO es un adulto, y ser firmes en nuestras convicciones es muy importante en esta etapa.
Nosotros, los padres, somos su guia, y nuestro trabajo es darles reglas claras para facilitar su camino.
La amiga o el amigo intimo se convierten en su ¨alter ego¨(otro yo) y en ellos confian totalmente.
Aumenta la necesidad de hablar y el telefono de su casa siempre esta ocupado.... por ellos!
Acompañar a nuestros hijos en su camino a la edad adulta es tambien un camino para nosotros.
Es una prueba a nuestra paciencia, a nuestra capacidad de adaptarnos a sus cambios, a su desorden, a su humor, pero sobre todo a nuestro amor por ellos.
Nuestro hijo necesita a sus padres, nos necesita.
La comunicacion con ellos tambien cambia.
Nuestro hijo ya no es un niño, y no podemos hablarle como tal.
Esta en camino de ser adulto, y pide una comunicacion como tal.
Respetarlo como a un adulto, escuchar sus opiniones, sus argumentos, sus razones, ayuda a que se sienta comodo con nosotros, y no disminuido o lastimado.
En esta etapa nuestro hijo es muy fragil, casi tanto como cuando era una recien nacido.
Los cambios lo vuelven inseguro y muy sensible, y es importante no dejarlo a la deriva.
Los limites de la niñez cambiaron, tiene mas permisos, mas libertades.
Pero NO es un adulto, y ser firmes en nuestras convicciones es muy importante en esta etapa.
Nosotros, los padres, somos su guia, y nuestro trabajo es darles reglas claras para facilitar su camino.
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